Cuando estás grabando un video de boda y tus pies empiezan a moverse y hasta te entran ganas de dejar la cámara y sumarte a la fiesta… es que han montado una buena. Aún seguimos emocionados de haber formado parte de aquél maravilloso 13 de agosto en Son Berga, Mallorca. Una boda judía donde más de 100 personas se juntaron para celebrar la vida, la amistad y el amor bailando.

Era la primera vez que teníamos la oportunidad de grabar una boda judía, por lo que en cuanto Tamrah y Tarikh nos llamaron desde Inglaterra para contarnos que celebrarían aquí en Mallorca su boda y querían que nosotros hiciéramos el wedding film, dimos saltos de alegría. Porque nos encanta conocer otras tradiciones, otras culturas y otras formas de celebrar esta fiesta, porque nos encantan los retos y las cosas nuevas y diferentes, porque nos encantaron ellos y la ilusión que tenían por cuidar estos detalles y, por qué no decirlo, porque sabemos que en las bodas judías se monta una buena fiesta y queríamos capturar toda esta energía, alegría y emoción en un video de boda. Y podemos deciros una cosa, superó totalmente las expectativas.

Tamrah y Tarkih eligieron la finca de Son Berga, en Alaró. Personalmente esta finca nos mola un montón, tiene muchos rincones preciosos, vistas a la montaña y está llena de flores, que permite contar con unos bonitos y variados fondos para el video. Para nosotros, lo que más caracterizó a la boda es que fue un in crescendo. Empezó de la forma más tranquila y relajada, con los novios vistiéndose cada uno por su lado y rodeados de sus “bridesmaids” y “groomsmen”, bueno, en el caso del novio, de un auténtico séquito, nada más y nada menos que 15! Seguidamente un cocktail en los jardines y unos bonitos carteles que señalaban a los invitados el camino hacia el lugar de la ceremonia. La ceremonia fue solemne, suntuosa, marcada por la elegancia de los novios e invitados. Una larga y majestuosa entrada de Tamrah ponía el acento en la parte más oficial y protocolaria de la boda. Tras los votos de los novios, pisotón de Tarikh en la copa de cristal y un fuerte grito “Mazel Tov!!!” al unísono daba por finalizada esta primera parte.

Desde aquí un no parar, con un gran escenario colocado estratégicamente frente al patio de la casa y de espaldas a las inmensas montañas, se inauguraba un banquete de 5 horas donde el impresionante grupo Fire & Ice no paró de regalarnos momentazos. Los novios entraron a la ya estrenada pista de baile donde comenzaron las danzas tradicionales hebreas, con bailes en círculos y procesionales, acompañados de una perfecta banda sonora. Sin duda quizá este fuera el momento de la boda judía que más nos emocionó, era como estar presenciando una obra de arte dramatizada, donde cada uno, padres, madres, hermanos, amigos, novio y novia tenían clarísimo el papel que tenían que jugar y lo hacían a la perfección. De verdad que fue un auténtico lujo presenciar esta actuación, poder capturar esta coreografía y poder dejarlo reflejado en su wedding film.

La fiesta no paró, el grupo cerró el atardecer y abrió la noche, acompañó los tres platos y condujo los besos y abrazos, las risas y lágrimas, los brindis y felicitaciones, los saludos y despedidas, y la boda se sintió eterna. Este viaje lo orquestó maravillosamente el equipo de Alago Events.